2017/12/14
jueves 14 de diciembre de 2017
Ya era noche. Me puse a llorar frente a la imagen del Sagrado Corazón. Desde la imagen el Señor Jesús me habló y me dijo.Detrás de todo esto no hay buenas intenciones (refiriéndose a la carta que me entregaron en el obispado), quieren extinguir mi palabra. Al silenciarte a tí me silencian a mi. Eres mi enviado, el que he elegido para llevar mi mensaje. Así como lo pedí en el pasado a Moisés: – ve y habla con faraón – así te lo vuelvo a pedir ahora. Ve y habla con el Obispo y expresa mi voluntad. Y así como Moisés, ahora contigo mi fuerza y mi poder te acompañarán. Y yo su Dios daré testimonio de tí, mi elegido. Cómo puede ser que mis servidores se hayan hecho sordos a mi voz. Dicen hacer todo y no hacen nada, les falta amor. Creen saberlo todo y no saben nada, les falta sabiduría. Por culpa de ellos cuántas almas se perderán e irán al infierno. Juro por mi mismo que serán juzgados con severidad el día del juicio. Insiste al Obispo que es mi deseo un templo de adoración perpetua para reparar y desagraviar mi Sagrado Corazón. Sólo así se evitará el castigo y con ello se les otorgará un tiempo de paz, el triunfo de mi Sagrado Corazón y el triunfo del Inmaculado Corazón de mi Santa Madre.
Lloré mucho, de dio tanta tristeza, le importamos tanto que nos da la oportunidad de convertirnos.